miércoles, 4 de abril de 2012

Un estudio de la Universidad de Gotemburgo vincula aprendizaje y videojuegos

Periódicamente se repite la misma pregunta al debatir sobre videojuegos: ¿existe una relación causal entre agresividad y títulos violentos? Un sector de opinión cree que los usuarios pueden aprender a comprender las relaciones causa efecto, a desenvolverse en contextos complejos y a mejorar sus destrezas. Por otra parte, el grupo opositor alega que la violencia mostrada por el videojuego es capaz de engendrar actitudes violentas en contextos ajenos al mismo.

Un grupo de investigadores de la Universidad de Gotemburgo compuesto por Ulrika Bennerstedt, Ivarsson Jonas y Jonas Linderoth ha conducido un estudio, que será publicado en el International Journal of Computer-Supported Collaborative Learning, y que abunda en la cuestión asumiendo otra perspectiva. La hipótesis sobre la que han trabajado gravita alrededor de la posibilidad de el manejo de la agresión se relacione con los elementos colaborativos presentes en ciertos juegos.

Mediante este estudio se pretende demostrar que la colaboración inherente en el entorno de un videojuego de índole cooperativa es vital para superar los obstáculos de una etapa, nivel, fase o misión, y esto conllevaría la supresión de los aspectos negativos que se derivan de las propias conductas agresivas.

A fin de probar su tesis, los investigadores analizaron varios títulos online y examinaron la conducta de los jugadores, atendiendo especialmente a juegos en los que los niveles de violencia eran significativos, como aquéllos en los que los videojugadores tuviesen que disputar un combate en red con otros oponentes. Los resultados arrojados demostraron que los participantes que se alzaban con la victoria, por lo general, eran los que eran afines a la adopción de estrategias y actuaban de forma coordinada, colaborativa, partiendo de un bagaje técnico. En contraposiciópn, quienes se inclinaron por una vía de actuación impulsiva, agresiva y con un sustrato emocional obvio, tendían al fracaso.

El enlace entre juegos y agresividad se basa en la noción de transferencia, es decir, la capacidad de utilizar los conocimientos adquiridos en una situación completamente distinta. "La idea de transferencia, en un sentido amplio, ha sido, desde hace mucho tiempo, algo capital en la investigación sobre la educación. La pregunta de cómo una situación de aprendizaje debería estar diseñada para que los discentes sean capaces de usar el material de aprendizaje en la vida real es muy difícil, y no tiene respuestas claras", señala Jonas Ivarsson, profesor asociado en el Departamento de Educación, Comunicación y Conocimiento de la Universidad de Gotemburgo.

 Jonas Ivarsson, uno de los miembros del equipo investigador

"En pocas palabras, cuestionamos todo lo concerniente al debate entre videojuegos y violencia, toda vez que no está basado en un problema real sino en un razonamiento hipotético", añade.

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