Un estudio científico, que será publicado en el número de junio de Journal of Cognitive Neuroscience, una revista respaldada por MIT Press, editorial del Instituto Tecnológico de Massachusetts, y que ya se encuentra accesible en la web de la editorial, concluye que la utilización de videojuegos de acción puede modificar la actividad cerebral y mejorar la atención visual.
Con la supervisión del psicólogo Ian Spence, un equipo de la Universidad de Toronto (Canadá) ha conducido un trabajo de campo de naturaleza sociológica, basándose en investigaciones previas que ya habían destacado la presencia de disimilitudes en la actividad
neuronal entre no jugadores y usuarios de títulos de acción, si bien no se había probado si la correlación entre ambas variables se debía o no al uso o no uso de videojuegos, algo que sí ha sido objeto de análisis en esta investigación.
Así pues, el autor principal del estudio, Sijing Wu, doctorando de la Universidad de Toronto en el Departamento de Psicología, declara que el hecho de que "los videojuegos de acción pueden mejorar
la atención visual sostenida, (así) como la habilidad para detectar
rápidamente objetivos así como
identificarlos en un contexto de saturación" era algo que la comunidad
científica, incluso en el ámbito de la propia Universidad de Toronto, ya
había demostrado. Sin embargo, este estudio ha ido un paso más allá,
toda vez que "nunca antes nadie había demostrado que había
diferencias en la actividad neuronal como resultado directo de jugar con
videojuegos".
En lo que se refiere a la metodología empleada, se procedió a la selección de una muestra formada por 25 sujetos que no habían utilizado videojuegos, los cuales fueron distribuidos en dos grupos, uno experimental y otro de control, jugando ambos un total de 10 horas a lo largo de varias sesiones cuya duración oscilaba entre una y dos horas. El grupo experimental, formado por 16 sujetos, jugó con títulos de acción en primera persona, mientras que el grupo de control, integrado por los nueve restantes, fue instado a hacer lo propio con un juego de puzles en tres dimensiones.
Durante el tiempo de juego se registraron y examinaron las ondas cerebrales de los sujetos-objeto de estudio, quienes estaban sometidos a la influencia constante de elementos distracciones en un campo visual de una amplitud considerable al tiempo que pretendían localizar objetivos.
Una vez finalizadas las sesiones de juego se repitió el proceso, con el resultado de que los usuarios que habían jugado con
títulos de acción evidenciaron una evidente mejoría de su atención visual y varias modificaciones representativas en sus ondas cerebrales, algo que no sucedió con los participantes que se habían incorporado al grupo control. Wu sostiene que "después de jugar
con un título de disparos, los cambios en la actividad eléctrica fueron
consistentes con procesos cerebrales que mejoran la atención visual y
eliminan la información distractora".
Ian Spence, profesor de la Universidad de Toronto y director del estudio, justifica la importancia del mismo afirmando que "una atención visual superior es esencial en muchas actividades cotidianas
de importancia (...). Es importante para hacer cosas como
conducir un coche, controlar los cambios en una pantalla de ordenador o
incluso para evitar tropezar en una habitación de niños llena de
juguetes por el suelo".
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